Que sí, que no, que todo se acabó no es un cuento clásico aunque lo parezca. Muy por el contrario: el príncipe debe trabajar, no tiene un enorme castillo con jardín sino solo macetas en su balcón. Y la princesa… ay, ella sí sueña con un príncipe como los de antes. Si no puedes imaginar qué sucederá, léelo y lo sabrás.