¿Por qué escribir cuentos rimados?
Respondo con otra pregunta: ¿por qué no? Pero ya empecé mal, porque en realidad no he dicho gran cosa. Voy a intentarlo de nuevo, con tantita seriedad. No mucha, conste. Lo que converso me sale en verso, a veces terso, otras perverso. Porque una vez que se empieza a rimar es imposible dejar de hacerlo. Se vuelve una obsesión. Está cañón esta cuestión.