El rey Osagboro adoraba el oro. Era conocido en el mundo entero por su enorme corona… y también por su enorme boca; siempre estaba abierta dando alaridos. En este libro descubrirás la historia de este rey tirano y caprichoso que, abusando cada vez de la amabilidad de las doncellas que lo atienden, les da por error la solución para liberarse.