Gigantes que pelean, gatos traviesos, conejos pícaros, niños con ocurrencias extrañas o retahílas que nunca terminan; no importa de qué trate ni cuándo fue escrita, una narración se conserva viva en el tiempo por la forma en que el autor usó las palabras, por las frases que convirtió en imágenes. Así nos lo muestran ocho grandes escritores mexicanos en Morral de cuentos.